"Ríe, y el mundo reirá contigo; llora, y llorarás solo."
Ella Wheeler Wilcox
Ella Wheeler Wilcox
Si hay algo que os he querido transmitir desde que empecé a escribir es la importancia de que el entrenamiento pase a formar parte de vuestro estilo de vida y de que sea tan normal para cada uno de vosotros realizar algo de ejercicio a diario como salir con los amigos. Entrenar es una forma más de vida, y como todo en esta vida, tendremos nuestros días buenos y nuestros días malos. No solo eso, habrá días en los que un suceso feliz nos hará sentirnos pletóricos y nos veamos capaces de sumar kilos y kilos a la barra, y otros en los que nuestros problemas del día sean como un lastre que nos haga parecer pesadas incluso las series de aproximación. Creedme, sé por experiencia personal de qué estoy hablando.
Ninguno de nosotros está libre de un mal día
Cuando vamos a entrenar, cualquiera que sea la disciplina que practicamos, no solo nuestras capacidades físicas son importantes, nuestras capacidades mentales juegan un papel fundamental, sin embargo ninguna guía de entrenamiento enseña cómo prepararse mentalmente para la práctica deportiva. Lo importante son los números: velocidad, goles, canastas, puntos, kilos; el más fuerte, el más rápido, el máximo goleador. Cuando uno se pregunta cómo ha conseguido un deportista llegar hasta lo más alto lo normal es oír hablar de su entrenamiento físico o su nutrición, pero poco o nada se escucha sobre la preparación mental que hace falta para soportar el alto nivel de competición. Muchas veces resulta curioso como un equipo con los mejores jugadores y que hace solo unos meses estaba en lo más alto comienza a experimentar una bajada de rendimiento espectacular. ¿Qué puede haber cambiado en tan poco tiempo? ¿Quién tiene la culpa? ¿Cómo superar este bache? En 1999, el delantero del Aston Villa Stanley Collymore le confesó a su representante que llevaba algún tiempo luchando contra la depresión. La respuesta de éste fue la siguiente: ¿cómo puede estar deprimido alguien que gana 20.000 libras semanales? Y es una respuesta muy común. Ante alguien que tiene fama, fortuna o atractivo mucha gente no entiende cómo es posible que tenga problemas en su aparentemente perfecta vida. ¿Acaso el ganar millones o ser un ídolo de masas lleva consigo una prohibición expresa sobre el derecho a sentirse mal de vez en cuando? Todo en esta vida tiene su cara y su cruz, y el caso de deportistas profesionales no es una excepción.
Evidentemente a nosotros no nos interesa competir, y por tanto hablar del estrés y el nivel de compromiso psicológico que experimentan los profesionales como tal no tiene sentido, pero sin duda alguna la mentalidad juega un papel fundamental en el rendimiento del deportista a lo largo de la temporada, y a veces hace falta mucho más que esfuerzo físico para seguir estando al máximo nivel hasta el final pues, aunque parezca difícil de entender, los deportistas no están hechos únicamente de músculo.
Cuando vamos a entrenar, cualquiera que sea la disciplina que practicamos, no solo nuestras capacidades físicas son importantes, nuestras capacidades mentales juegan un papel fundamental, sin embargo ninguna guía de entrenamiento enseña cómo prepararse mentalmente para la práctica deportiva. Lo importante son los números: velocidad, goles, canastas, puntos, kilos; el más fuerte, el más rápido, el máximo goleador. Cuando uno se pregunta cómo ha conseguido un deportista llegar hasta lo más alto lo normal es oír hablar de su entrenamiento físico o su nutrición, pero poco o nada se escucha sobre la preparación mental que hace falta para soportar el alto nivel de competición. Muchas veces resulta curioso como un equipo con los mejores jugadores y que hace solo unos meses estaba en lo más alto comienza a experimentar una bajada de rendimiento espectacular. ¿Qué puede haber cambiado en tan poco tiempo? ¿Quién tiene la culpa? ¿Cómo superar este bache? En 1999, el delantero del Aston Villa Stanley Collymore le confesó a su representante que llevaba algún tiempo luchando contra la depresión. La respuesta de éste fue la siguiente: ¿cómo puede estar deprimido alguien que gana 20.000 libras semanales? Y es una respuesta muy común. Ante alguien que tiene fama, fortuna o atractivo mucha gente no entiende cómo es posible que tenga problemas en su aparentemente perfecta vida. ¿Acaso el ganar millones o ser un ídolo de masas lleva consigo una prohibición expresa sobre el derecho a sentirse mal de vez en cuando? Todo en esta vida tiene su cara y su cruz, y el caso de deportistas profesionales no es una excepción.
Evidentemente a nosotros no nos interesa competir, y por tanto hablar del estrés y el nivel de compromiso psicológico que experimentan los profesionales como tal no tiene sentido, pero sin duda alguna la mentalidad juega un papel fundamental en el rendimiento del deportista a lo largo de la temporada, y a veces hace falta mucho más que esfuerzo físico para seguir estando al máximo nivel hasta el final pues, aunque parezca difícil de entender, los deportistas no están hechos únicamente de músculo.
Existe una situación con la que muy probablemente tengas que lidiar a lo largo de esta temporada de
entrenamiento, quizás el mes que viene, o dentro de dos meses, o puede que no este año pero sí alguna vez en tu vida. Se
trata de los altibajos, algo de lo que nadie habla pero que está ahí. Cómo entrenar después de un durísimo día de estudio, de
dónde sacar fuerzas cuando has tenido una pelea con un amigo o en el trabajo,
de qué sirve entrenar ahora que mi pareja me ha dejado, acabo de suspender un importante examen y lo que menos me preocupa ahora es ponerme las zapatillas y salir a correr. Son situaciones por las
que todos pasamos, y no estamos preparados para ellas, no sabemos lo que se siente hasta que llega el momento, pero está muy claro que si nos encontramos tristes, apagados o deprimidos lo último que nos apetece es encaminarnos hacia el gimnasio.
La depresión es una situación común en nuestra sociedad. Los altos niveles de estrés y exigencias laborales o académicas, el fracaso en las relaciones sociales o la influencia de los medios de comunicación juegan un papel importante en las altas tasas de depresión actuales. Sin embargo existen muchos niveles de depresión y no todos se deben tratar con medicación, por lo que debemos evitar estigmatizar las conductas depresivas, aprendiendo a disponer de estrategias para manejar esos estados de ánimo. Con el adecuado control todos podemos superar un mal día e incluso salir fortalecidos.
La depresión es una situación común en nuestra sociedad. Los altos niveles de estrés y exigencias laborales o académicas, el fracaso en las relaciones sociales o la influencia de los medios de comunicación juegan un papel importante en las altas tasas de depresión actuales. Sin embargo existen muchos niveles de depresión y no todos se deben tratar con medicación, por lo que debemos evitar estigmatizar las conductas depresivas, aprendiendo a disponer de estrategias para manejar esos estados de ánimo. Con el adecuado control todos podemos superar un mal día e incluso salir fortalecidos.
¿Pensáis que pretendo hablaros de cómo superar un mal día para seguir entrenando? Bueno, más bien estaba pensando justo al contrario, es decir, ¿por qué seguir entrenando y qué puede aportarme el deporte para combatir un bajo estado de ánimo?
Lo que dice la ciencia sobre el efecto psicológico del ejercicio físico
El ejercicio físico está empezando a ser considerado como una terapia alternativa en la prevención y el tratamiento de la depresión, por lo que la comunidad científica se está preguntando si el deporte es efectivamente útil en el manejo de esta dolencia. Se han barajado varias teorías.
El ejercicio físico está empezando a ser considerado como una terapia alternativa en la prevención y el tratamiento de la depresión, por lo que la comunidad científica se está preguntando si el deporte es efectivamente útil en el manejo de esta dolencia. Se han barajado varias teorías.
Por un lado se ha intentado buscar la conexión entre la práctica deportiva y dos neurotransmisores íntimamente ligados a la depresión, la serotonina y las beta-endorfinas; la elevación de estas moléculas ejerce un efecto de disminución del dolor y provoca una sensación de euforia. En la búsqueda de una respuesta concluyente, muchos estudios han demostrado que existe una mejoría en el estado de ánimo en aquellos grupos de pacientes sometidos a distintas rutinas de entrenamiento, si bien ninguno ha arrojado todavía resultados concluyentes acerca de cuáles son los mecanismos fisiológicos que subyacen en esta mejoría.
Por otro lado, el entrenamiento estaría relacionado con una mejora en la autoestima de los pacientes, proporcionándoles confianza y motivación al demostrarles que son capaces de practicar y dominar una nueva actividad que no realizaban previamente, a la vez que mejora la imagen que estos tienen de sí mismos, y les aporta un periodo de distracción que los aleja de su situación de abatimiento y de factores estresores presentes en su entorno habitual.
Por desgracia la inmensa mayoría de estudios presenta limitaciones que hacen difícil homogeneizar conclusiones y, sin irnos por las ramas, simplemente destacaré que los periodos de seguimiento son demasiado cortos como para valorar el efecto de esta intervención a largo plazo. Aún así, creo que siempre merece la pena prestar atención a todos aquellos métodos que puedan contribuir a mantener o mejorar nuestra salud (ya sea física o mental) sin el empleo de tratamientos farmacológicos.
Sea como sea, y si os decidís a probarlo lo comprobaréis por vosotros, existe una mejora en el estado de ánimo tras practicar algo de ejercicio aunque éste sea ligero.
Sea como sea, y si os decidís a probarlo lo comprobaréis por vosotros, existe una mejora en el estado de ánimo tras practicar algo de ejercicio aunque éste sea ligero.
Bibliografía
Debbie A Lawlor, Stephen W Hopker. The effectiveness of exercise as an intervention in the management of depression: systematic review and meta-regression analysis of randomised controlled trials. British Medical Journal. 2001 March 31; 322(7289): 763.
Dishman, Rod K.; Hales, Derek P.; Pfeiffer, Karin A.; Felton, Gwen A.; Saunders, Ruth; Ward, Dianne S.; Dowda, Marsha; Pate, Russell R. Physical self-concept and self-esteem mediate cross-sectional relations of physical activity and sport participation with depression symptoms among adolescent girls. Health Psychology, Vol 25(3), May 2006, 396-407
F Dimeo, M Bauer, I Varahram, G Proest, U Halter. Benefits from aerobic exercise in patients with major depression: a pilot study. British Journal of Sports Medicine 2001;35:114-117.
Enhorabuena por el blog. Da gusto leerte. Muy fan de la frase de Ella Wheeler que encabeza el post y de tus comentarios en Paleospain ;-)
ResponderEliminarGracias compañero!
EliminarA parte de ser un blog fantástico y que nos acerca a las realidades cotidianas de la mayoría de todos nosotros,este artículo no hace mas que corroborar lo que muchos sentimos cuando hacemos deporte y esos días en los que no apetece por cualquiera que sea el "problema " , creo que es importante por lo menos empezar y dejar que sean la sensaciones durante la sesión de entreno , las que nos den la hoja de ruta , que en mi caso la mayoría de las veces es la de continuar ...
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