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sábado, 3 de mayo de 2014

El muro


"Los muros existen por alguna razón. No están para dejarnos afuera,
sino para darnos la oportunidad de mostrar hasta qué punto deseamos algo.
Están para detener a los que no lo desean lo suficiente."
Randy Pausch


La vida se parece a unos Juegos Olímpicos. A veces estamos corriendo una maratón y no parece que vayamos a llegar nunca a la meta. Otras veces es como una carrera de obstáculos sobre los que tenemos que saltar. A veces incluso se parece a la halterofilia, cuando kilos y kilos de problemas se agolpan ante nuestros pies pero aún así tenemos que reunir fuerzas, levantarlos y cargar con ellos sobre nuestras cabezas.


Los que practiquéis larga distancia estaréis sin duda familiarizados con "el muro". Incluso los que no, habréis oído hablar de él alguna vez. El temido muro es ese punto dentro de la carrera, que la mayoría suele situar en torno a los 30 km, en el cual la sensación de agotamiento tanto físico como mental hace que veamos el final de la carrera como inalcanzable, y nos invadan unas ganas incontrolables de darnos por vencidos y abandonar. No solo el ritmo físico del maratoniano se ve afectado, sino también su motivación, su psique, parece que escapan a su control.

Últimamente creo mi vida se parece a una maratón... y creo que he topado con el muro. El final de mi carrera se acerca. Una carrera de casi 6 años que me ha costado sangre, sudor y lágrimas. 6 años en los que he pasado por cosas que jamás habría pensado que podría soportar, en los que he experimentado sensaciones que no podía ni imaginar que existían, en varias ocasiones he creído topar con ese muro y lo he superado. Ahora se acerca el final, la meta de esta carrera está próxima, y es cuando el verdadero muro aparece. Sé que no será la última carrera de mi vida ni la última vez en que el muro y yo nos encontraremos. Sé que va a seguir estando ahí, pero también sé que no importa las veces que aparezca, de nuevo lo voy a romper, cueste lo que cueste.

Este es mi particular mensaje de ánimo para todos aquellos que han encontrado dificultades justo cuando creían estar más cerca que nunca del final de sus proyectos, de sus estudios, de una etapa de sus vidas. Cuando queréis algo, tenéis que luchar por ello. Jamás os deis por vencidos. Si los problemas se agolpan justo en el momento en que menos los esperabais, justo cuando creíais que todo estaba terminando, no desfallezcáis. Porque el final sigue estando ahí, esperándoos, pero sólo depende de vosotros llegar hasta él. Y cuando hayáis llegado hasta él, cuando superéis vuestra etapa más problemática, solo entonces comprenderéis que todo el esfuerzo, el sacrificio e incluso el sufrimiento, han valido la pena.